Se cumplen siete años desde la llegada del certificado energetico para las viviendas. El documento, obligatorio para vender y alquilar viviendas, también cataloga los inmuebles en función de la energía consumida —y asímismo de las correspondientes emisiones—

Se asigna una letra que refleja su eficiencia: “A” es la mejor calificación y “G” la peor. España sigue suspendiendo la asignatura: más del 80% de los inmuebles existentes se mantienen entre las letras “E” y “G”, según los últimos datos del Ministerio de Industria. Por lo tanto las reformas que nos ayudan a conseguir un ahorro de hasta un 60% son una inversión Noticia El Pais